Un regalo de la catarata del Niágara

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No hay error en el título, no hablamos de un regalo hecho en la catarata del Niágara, ni de una sorpresa en dicho lugar, literalmente una persona recibió un regalo de la catárata. Algunas personas lo dudan, pero es completamente cierto que por las cataratas, por altas que sean, bajan las mismas especies e incluso objetos que suelen bajar por saltos pequeños o río abajo, en cualquier corriente. Un turista puede dar fe de ello luego de una visita a las cataratas del Niágara.

Un regalo de la catarata del Niágara

 

Hace muchos años, mientras un turista caminaba por el muelle bajo la famosa cascada, fue golpeado por un salmón, quiso la suerte que el hombre resultara ileso, ya que el salmón por pequeño que fuese, desde una gran altura podía haberlo lastimado, pero no fue así y el regalo le ha de haber resultado divino al hombre. Contra la creencia común, los peces, si bien no mueren en la caída, tampoco quedan vivos mucho rato pues, a pesar de ser peces, la fuerza de la caída los deja aturdidos, siendo de este modo presa fácil de las gaviotas que, conocedoras de este hecho, sobrevuelan la base de la cascada en busca de su presa.

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